Día Mundial del Medio Ambiente: las 5 demandas urgentes de Greenpeace

El 5 de junio fue el día mundial del medio ambiente. Nunca está de más repasar los 5 peores problemas para las que no los sepan y tomar un poco de consciencia al respecto. Es cuestión de ponerse de acuerdo y, desde nuestro lugar, hacer lo que tenemos que hacer sin mirar para afuera: ¿Qué puedo hacer yo para mejorar el medio ambiente?

El 5 de junio, Greenpeace planteo las cinco demandas ambientales que presentan mayor urgencia a ser tratadas en Argentina.

“Vivir en un ambiente sano es un derecho, por eso es preocupante advertir que, a pesar de la existencia de leyes para preservar nuestros recursos naturales, la falta de su implementación pone en riesgo ecosistemas claves como los bosques y glaciares de nuestro país”, expresó Eugenia Testa, directora Política de Greenpeace.

Bosques. Ya perdimos el 70% de los bosques nativos y la deforestación aumentó muy fuerte en los últimos veinte años. En el año 2007, gracias a un millón y medio de personas que exigieron al Congreso su aprobación, se sancionó la Ley 26.331 de Protección de los Bosques Nativos. Sin embargo, hay áreas que continúan en peligro. Greenpeace comprobó recientemente que existen desmontes selectivos en “El Impenetrable” chaqueño, destinados a ganadería intensiva que violan la Ley de Bosques, lo que obligó a la provincia a suspender por 60 días la actividad de las topadoras en zonas prohibidas.

Minería. Los acontecimientos ocurridos a principio de este año y que siguen teniendo lugar en las zonas mineras, hablan de un rechazo social a estos emprendimientos. Sin embargo, las grandes corporaciones continúan avanzando por sobre la voluntad de los pueblos, con la complicidad de los gobiernos provinciales. El bloqueo a la Ley de Glaciares en la provincia de San Juan es tal vez el ejemplo más claro de esto. A excepción de la provincia de Mendoza, el inventario de glaciares y área periglacial no ha avanzado, demorando la aplicación de la Ley, lo que claramente beneficia a las empresas que ya hoy están explotando minerales en áreas potencialmente protegidas.

Basura y Residuos Electrónicos. La gestión de los residuos sólidos urbanos en la región metropolitana está en su momento más crítico. Desde hace una década no se encuentran sitios alternativos para la disposición de los residuos, los rellenos sanitarios están al borde del colapso, y son rechazados por vecinos cansados de padecer los impactos contaminantes de la basura. Frente a esto, las autoridades de Ciudad y Nación apuestan al corto plazo y ofrecen más de lo mismo: la quema residuos (bajo el disfraz de valorización energética) o la perpetuación de los rellenos sanitarios.

La posibilidad de encarar la solución definitiva depende de la implementación del paradigma de Basura Cero, que reemplaza la política de enterramiento masivo, por la gestión integral de los residuos y requiere inversión ecuánime en todas sus etapas; la minimización en la generación, la separación domiciliaria, la recolección diferenciada y el tratamiento o disposición final. Al mismo tiempo, es imprescindible impulsar políticas de reducción de la toxicidad en la generación de los residuos, como una ley nacional de envases o de gestión de residuos electrónicos que responsabilicen a los fabricantes por sus productos hasta el final de su vida útil.

Energía. En la actualidad, la matriz energética argentina posee una altísima dependencia de los combustibles fósiles. Al mismo tiempo, el gobierno Nacional continúa impulsando la energía nuclear, con el anuncio de la apertura de la central atómica Atucha II. Argentina debe ampliar fuertemente la participación de fuentes energéticas limpias y renovables para asumir el desafío del cambio climático.

Riachuelo. El agua es un recurso escaso. Cerca del 75% del territorio argentino es árido o semiárido, y solo dos regiones concentran abundantes volúmenes de agua: la Mesopotamia y la Cordillera Patagónica.

El Riachuelo es uno de los ríos más contaminados del mundo, producto de las industrias asentadas en su cuenca, que continúan arrojando sustancias tóxicas. Su saneamiento sólo será posible si las empresas responsables adoptan programas de reconversión industrial que apunten al vertido cero de sustancias tóxicas. Además, considera necesario que se ponga en marcha un Registro de Emisiones y Transferencias Contaminantes (RETC), que sirva como herramienta para informar a la sociedad sobre la cantidad y toxicidad de algunas sustancias químicas emitidas por las industrias y reforzar el compromiso de reducción de las mismas.